lunes, 29 de diciembre de 2008

Miembros del Moto-Club Ángeles Guardianes entregan 185 regalos a los mayores



Tan excepcional visita tuvo lugar en la residencia de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados.

Ya vienen!», gritaban los mayores de la residencia de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados cuando escucharon el sonido estridente de las 19 monturas metálicas sobre las que llegaron los miembros del Moto Club Ángeles Guardianes, de Badajoz.

Las palmas y las risas no faltaron en el recibimiento que los residentes dedicaron a estos visitantes motorizados y cargados con 185 regalos para todos los mayores del asilo.

«Ellos se merecen respeto y mucho cariño. La sociedad no debe olvidarse de que ellos están ahí», declaraba Fernando, miembro de Moto Club pacense y promotor de este proyecto solidario que comenzó a elaborar hace ocho meses y que ha sido posible gracias a la colaboración de varios empresarios de la capital. «Nos ha emocionado mucho escuchar sus risas y aplausos», confesó Fernando haciendo referencia a la bienvenida.

Según contaba ayer la madre superiora, sor Encarna Rodríguez, «cuando me llamaron hace unos meses y me propusieron la idea me pareció maravillosa. Nuestros mayores reciben todos los años su regalo de Reyes».

Un ejemplo

Los ancianos de la residencia celebraron una misa como preludio a la entrega de los presentes y momentos después todos andaban de un lado para otro, nerviosos, ante la llegada de los miembros de Moto Club.

Y a pesar del mal tiempo, todos se agolparon durante varios minutos en la puerta de la residencia para esperar con expectación a tan especiales Reyes Magos.

Leandro Márquez, que vive en la residencia desde hace tres años, comentaba que para él «es un acto muy bonito, un ejemplo para la juventud, ya que la ancianidad merece una atención. No deben de olvidarse de nosotros». Este hombre, que ha aprendido a vivir en una silla de ruedas, confesó que él de joven tenía una moto.

Para Domingo Fernández Muro, miembro de esta saga de actores españoles, el acto representa «la mezcla de juventud y vejez. Es normal que ocurra un acto de este tipo en una residencia. Y también es necesario que la juventud sienta respeto por los mayores».

Con la ilusión de una niña estaba Lorenza Sánchez, que a sus 88 años sigue llena de vitalidad y energía. «Yo me encargo -decía- de hacer los recados por la mañana. Por la tarde trabajo cuatro horas con el teléfono de la centralita».

Lorenza, que se vistió para la ocasión de manera impecable, no dudó en ponerse en primera fila para no perderse detalle de un acontecimiento tan excepcional. Mientras miraba a los Ángeles Guardianes con su indumentaria motera, no vaciló al declarar que «si fuera más joven no dudaría en montarme en una de estas motos».



Fuente: http://www.hoy.es

No hay comentarios:

Publicar un comentario