miércoles, 11 de marzo de 2009

Old School (2)


Existe una cultura con miles de fieles seguidores, allá por donde vayas, que están enamorados del estilo retro, en su forma de vestir, en la manera en la que viven, en su peinado, en su música, en sus tatuajes y como no, en sus vehículos, sean motos o coches.

Algunos piensan, lejos de la nostalgia de los mayores, en que existieron otros tiempos donde las cosas eran mucho más sencillas, menos sofisticadas. Donde todo era más simple y cada cosa en su lugar. Valores que hoy se han perdido, como la amistad, el honor, la palabra; relaciones que han desaparecido, como el cortejo, el savoir affer, la elegancia de los trajes de fiesta, la música sencilla y con ritmo, las motos sin tantos adelantos técnicos, en fin, otra cosa.

Para algunos esta cultura no deja de ser una moda kitsch, pasada y que solo está en la mente de cuatro chalados.

Pero….. fijaros bien, no solo en el mundo de la moda. Al final todo vuelve a los orígenes más puros. La ropa vuelve a los dorados 40, 50 y 60, las chicas se maquillan con colores más chillones, la música está en crisis permanente porque ya no hay nada nuevo y en referencia a nuestro tema favorito ¿qué motos están de moda?, efectivamente, las Bobber y de nuevo las Chopper californianas. La cultura custom llega tambien a los vehículos de cuatro ruedas y encontramos grandes superventas como el Wolksvaguen escarabajo o el mini, o ese americano que nunca me acuerdo como se llama, si hombre ese de chevrolet que parece una furgoneta.

Los iconos culturales retoman las riendas de nuestra sociedad. Incluso parece que vivamos en una época post-belica, depués de los últimos acontecimientos mundiales. Se ha vuelto a poner de moda los tatuajes, los modelos sexys (como las antiguas pin ups), las calaveras en nuestras motos y la ropa sesentera, como las zapatillas de lona.

Incluso lo máximo en modernidad busca principios tan antiguos como la pureza de líneas, colores sobrios y pocos detalles que distraigan al espectador de lo realmente importante, hablemos de motos, casas, oficinas o chicas.

Si hablamos de motos, que para eso estamos en un foro motero, vemos que la tendencia mundial está cambiando. Las superdeportivas han demostrado que no tienen sentido, que utilizar un vehículo de competición ultramoderno, dominado exclusivamente por la tecnología informática y de prestaciones estratosféricas que no están al alcance de ningún ser humano, no tiene el más mínimo sentido.

Se buscan nuevos conceptos de moto. Más humanos, más dominables, donde el piloto tengo algo más que decidir aparte de los bits y los chips de los microordenadores.

Hoy día una old school es una moto similar a las bobber, de las que ya hemos hablado. Normalmente con la rueda delantera con mayor diámetro que la trasera, más estrecha, y con rueda trasera lógica, no esas megaruedas de 300 o 400 que no tienen mayor sentido que aparecer en los shows bikes de todo el mundo. Horquillas antiguas, grados de inclinación lógicos y, si eres de los atrevidos, embragues suicidas en motos sin freno delantero.

Las decoraciones de nuestras motos, aparte de aquellos que se decanten por uno de los estilos custom de los que hemos hablado, suele ser bastante austera, con colores primarios, a poder ser mates y desde luego, con el retorno del artístico pinstripping como signo identificatorio. Existen otros iconos muy utilizados, pero si acaso excesivamente americanizados, lease el famoso Demonio Rojo, o las cruces de malta, muy retros pero poco utilizadas en nuestro pais.

El patriotismo americano aquí no tiene sentido, es ridículo. Aunque mucho me temo que el nuestro también lo es.

Volviendo a la moto de la vieja escuela, decía que la pintura base suele ser mate, con combinaciones en rojos y blancos, típico de los neumáticos clásicos.

Básicamente es un estilo años 50, que tiene sus variantes y que puede customizarse de diversas formas, pero lo que he expuesto es más o menos lo que lo caracteriza.

El significado de Old School, sería hacer el diseño de moto que te salga de los cojones pero de la forma en la que se hacia antiguamente, o sea de manera artesanal para personalizar tu pedazo de hierro. Y si no sabes o no puedes, pues ya sabes, echar mano de los catálogos que los hay a miles, y mejores que los de Harley.

Si los pioneros del mundo custom, (o sea los primeros de los primeros) de los que me niego a hablar porque no tengo tiempo, fueron Von Dutch y Ed Roth, nunca ha dejado de haber constructores que seguían su estilo, como si fuera una auténtica religión. Acordaros del malogrado Indian Larry, (que se mató en un accidente de moto por no llevar casco), así como los numerosos y no tan famosos talleres en todo el mundo que continúan con esta tendencia artística que no sabe de modas ni cambios anuales.

Finalmente todo se reduce a un puro romanticismo. A esa imagen que se nos quedó clavada en la retina cuando buceábamos entre la historia de nuestras motos, o incluso buscando el origen del porqué de nuestros padres.

Son iconos perpetuos, que se llevan en la sangre y en corazón (como ese corazón tatuado con atravesado con un cuchillo que muchos llevan tatuado en el pecho). Es como una mujer fatal que te deja siempre por otro chico más formal, pero que siempre sueña contigo.

Hoy gracias a mucha gente anónima, disfrutamos de algo más que las prestaciones de una moto deportiva, disfrutamos de la grasa y de la gasolina que rezuma de nuestras motos custom. El antihéroe, el perdedor, el caído, el joven que se apoya sobre el sillín de la moto fumándose un cigarrillo entre bocanadas de recuerdo de esa mujer fatal, esa historia que siempre tiene un mal final, esa imagen en blanco y negro.

¿No os recuerda a James Dean y su rebeldía, su final fatal y su pobre destino? ¿hay algo más auténtico que nos recuerde la vieja escuela?.

Dejemos que muchos hablen, que muchos lo intenten, que muchos lo critiquen, que muchos se burlen, pero ese espíritu está presente en alguno de nosotros. Somos de hoy, pero rebeldes en nuestro corazón y con una moto custom entre las piernas.

Fuente:http://www.pantrucus-custom.com/

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