martes, 7 de julio de 2009

La esquina del viento(Bip bip bip ¿Dígame?)



Bip bip bip ¿Dígame?
Casi treinta bestias de metal surcan el mar de asfalto. Los potentes motores aminoran su marcha al acercarse a un pequeño surtidor, haciendo temblar los cristales de la cafetería. El empleado, de aspecto asustadizo, mira tembloroso a los pilotos de las impresionantes máquinas que, lentamente, van descabalgando de sus monturas. El rugir de los motores cesa, dejando un expectante vacío sonoro en el ambiente cuando, de pronto, y rompiendo el tenso silencio, se escucha: Bip...bip...bip...bip... ¡Dígame!
¿Pero es que siempre tiene que haber un capullo con un teléfono móvil? Y si se dijera que su empresa multinacional no puede pasar sin su inestimable colaboración... pero es que sólo llaman para decir chorradas. No me ha dado tiempo ni a sacar el paquete de tabaco, cuando son siete de los que me rodean y mantienen una "interesantísima" conversación inalámbrica:
- Si cariño, ahora vamos por Bailén. Umm..., muy bien. Y acuérdate de sacar a mear a Fofi. Bueno, cuando volvamos a parar te llamo.
No es que yo sea muy partidario de los moteros puros y duros. Pero, ¡joder! es que habéis roto todo el encanto. Espero que esta última chorrada de los "movilines", "airteles" y "geeseemes" se pase pronto de moda, porque, se me antoja que, si esto sigue así, pronto encontraremos faxes en las páginas de accesorios para nuestras motos.
Y es que lo de las modas es la leche. Hazme un favor: en la próxima concentración a la que vayas, dedica un rato a contar moteros con una billetera enorme en el bolsillo derecho de los vaqueros y una cadenita al cinturón, los que encienden sus cigarrillos con un Zippo, los que lucen un tatuaje de brazalete en su brazo derecho o, mejor aún, los que tienen el depósito o casco con un aerografía del Demonio de Tazmania. Creo que he visto más veces la cara de ese estúpido bicho aerografiada en un depósito, que mis botas limpias.
Que conste, en primer lugar, mi más absoluto respeto a todo el mundo y a que cada uno vaya como le salga del pijo y ponga su moto como se le antoje, me parece de puta madre. ¡Pero joder macho!, es que estamos empezando a parecer una excursión de Salesianos. Todos con el mismo uniforme.
Se me ha venido a la cabeza la noche en que una rubia tetona me pegaba la bronca porque, según ella, no iba adecuadamente vestido para llevar una Harley.
-¡Ah! ¿No? ¿Y cómo debería ir para llevar esta moto?
-Pues no sé. De cuero y con flecos, supongo.
La verdad es que no la mande a la mierda porque mi colega Perico llevaba dos horas trabajándosela y según él, ya la tenía a huevo. Así que en consideración a sus enormes tetas y a que Perico normalmente liga menos que el Duque de Feria en un viaje al Inserso, di media vuelta y me pedí otro pelotazo mientras me mordía la lengua.
Si no ando muy despistado lo de "CUSTOM" viene a decir algo así como personalizado. Y digo yo: si cada uno adapta su máquina y su aspecto a su gusto y medida, ¿Cómo coño se parecen tanto unas a otras? No tengo ni zorra idea y, la verdad es que tampoco me importa.
-Venga pardillo cuelga el "moviline" que nos vamos.
De nuevo y rompiendo el pausado silencio, chasquidos de hierro con hierro avisan con apenas segundos de anticipación el bronco latido de los motores. Cuero y metal, jinete y montura vuelven a fundirse en uno solo para, de nuevo, navegar en busca de... Bip bip bip bip ¡Dígame!............... Crasssss! Clinc! Clinc!
- Mateo, cabrón, pero ¿qué haces? ¡Qué me has jodido el teléfono móvil!
-Lo siento tío, no he podido evitarlo, pero es que me has vuelto a estropear la película.
MATEO

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