Se me ha cagado el Tamagochi
Buen tiempo, mucha carretera, dos colegas, dos máquinas y algunas pelas para birra en el bolsillo. ¿Qué más quieres tío? ¡Qué jodidamente bien estoy! Esto es lo que hace grande a alguien. Abre bien la boca y traga aire, aunque sea con mosquitos, porque este es el que te permitirá respirar hasta la próxima escapada.
De pronto veo unas ráfagas en mi retrovisor; maniobra brusca de mi colega para entrar en la cuneta. Joder, algo malo ocurre. Dos metros de goma negra pegada en el asfalto, cambio de sentido y marcha atrás.
-¿Qué pasa tío?
- No. No te preocupes. Es que he oído un pitido y...
- ¿Y qué? Contesta rápido por que, me has acojonado.
- No..., veras..., es que se me ha cagado el "TAMAGOCHI".
- ¿Quién? ¿El qué? ¿Se puede saber de qué hostias estas hablando?
- Si hombre, el Tamagochi, es mi nueva mascota virtual, ha pitado para avisarme de que se había cagado, pero en seguida le doy al botón de limpiar el culo, al botón de comer y podemos seguir viaje... ! Eh Mateo...! eh... ¡Oye cabrón, no te vayas... espera!
Será capullo, anda y que le jodan. Desde luego que cada día estamos un poco más gilipollas. Navegar: a través de Internet; hacer colegas: por las pantallas de ordenador; echar un polvo: por realidad virtual; viajar: por Infovía; ponerte cachondo: con las líneas eróticas; y ahora, tener una mascota también es cuestión informática.
Pero, ¿dónde coño quedan las cosas de verdad? Pasar frió o calor, emborracharte y que te duela la cabeza, que se te rompa la moto, llenarte hasta el culo de grasa. Acabar a hostias en un bar y, hasta que te duelan las muelas, son cosas de verdad. Mejores o peores, más jodidas o menos, pero de verdad, cosas auténticas que hacen que me sienta vivo.
Me gusta rodar con mi máquina, trasnochar con mis colegas, joder sin goma y saltarme los stops. Sé que todas estas mierdas no me hacen mejor, pero me hacen persona. Quizás un jodido cabrón, o sólo un gilipollas más. Pero, eso sí, VIVO y dando por el culo hasta el día en que me compre un armario empotrado en el suelo. Con un futuro probablemente negro, pero auténtico y no cibernético.
Algún JASP, ya estará pensando que sólo soy un capullo pasado de moda, que no he sabido adaptarme a las nuevas tecnologías y a las ventajas que nos ofrecen. Pues bien; este capullo piensa seguir disfrutando de las cosas que se pueden coger con las dos manos: viajes inciertos en los que no sabes cómo coño acabarán; colegas de carne y hueso a os que les puedes dar un abrazo o un puñetazo (según la carta que salga); tías con las tetas grandes; motos que se rompen, etc; sencillamente porque están vivas y parte de estar vivo es joderte de vez en cuando. Y el día que tenga un perro probablemente lo tenga con pulgas y cuatro patas y que cuando cague huela mal. ¡Joder! que para eso es un puto perro y caga mierda como todos los seres vivos. Por que una cara curtida, una chupa con cicatrices y una moto con golpes dicen algo muy importante, que la vida les ha atravesado justo por el centro, que muchas de esas marcas, son historias bien jodidas y desagradables de recordar, pero que están ahí por que han pasado. Que estabas ahí, que no te lo han contado ni lo has visto en la pantalla del puto ordenador.
No obstante, y si a tí te parece mejor tomate un café descafeinado con la leche deslechada, una cerveza sin alcohol, fúmate un cigarrillo sin nicotina y cómprate una moto de esas con ABS, TCS, Airbag... y de camino págale el sueldo a un chófer para que la conduzca, seguro que vas a llegar a viejo, pero no veas lo largo que se te va a hacer. Yo pienso seguir corriendo, llenándome de arañazos, manchándome las manos de grasa y tomando birras con mucho alcohol y cuando al día siguiente me levante con una jodida resaca, pensaré que estoy vivo y que lo que me ocurre es la parte chunga de lo que ayer estaba de puta madre y que yo estaba allí, no lo soñé.
Abro gas para llegar pronto a un bareto y levantar la jarra de cerveza más grande que encuentre para brindar por los perros que cagan mierda, las motos que pierden aceite y las tías que te dejan señales con los dientes.
MATEO
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