viernes, 12 de diciembre de 2008

Muere Bettie Page, la reina de las pin-up



Para algunos la noticia ha sido que el mito de Bettie Page estuviera vivo, que fuera una anciana que hasta ayer residía en Los Ángeles. La pin-up más famosa de la historia, el mito erótico de los 50 y el icono redescubierto por los jóvenes desde los años 80 a la actualidad, ha fallecido de neumonía en un hospital de Los Ángeles, según informa su agente. Hace cuatro semanas, Page fue ingresada en este hospital tras sufrir un infarto y ya no recuperó la consciencia, según señala su agente, Mark Roesler en la web dedicada a la actriz y modelo. Page no tenía hijos.

La fiebre morena de flequillo mil veces imitado tenía 85 años. A mediados de los años 50 alcanzó la fama al posar para la revista Playboy como Miss Enero 1955, en una inolvidable imagen en la que aparecía desnunda decorando un árbol de Navidad. Desde entonces, la suya fue una subida sin precedentes, pues muy pronto la imagen de su generosa anatomía protagonizaba postales, álbumes discográficos y afiches en dormitorios de todo el país.

Su carrera fue corta y su retirada de la escena pública, precoz, pero todas aquellas imágenes le reportaron a la joven una fama de la que ya viviría el resto de su vida. Su larga cabellera negra y su sonrisa, híbrido de la bondad y la picardía, fueron suficientes para que sus películas y fotografías hayan perdurado hasta hoy, fecha en la que la juventud todavía las luce en chapas, bolsos, camisetas, etcétera. Su estilo, además, ha creado tendencias en la moda (son numerosos los rincones de internet que venden ropas de corte pin-up lucidas por dignas herederas de Page), el cine y el cómic.

La modelo encarnaba el estereotipo libertino y optimista de los años 50, pero a ella toda esta responsabilidad y tantas luces de foco la abrumaron pronto. Tras abandonar la profesión, se entregó a la religión, confesando más tarde que se avergonzaba de haber posado desnuda.

Vida de un símbolo
Bettie Mae Page nació el 22 de abril de 1923 en Nashville, Tennessee y se crió junto a otros seis hermanos. Cuando era niña, su padre fue encarcelado y como su madre no podía hacerse cargo de sus vástagos, Bettie y dos de sus hermanas fueron entregadas a un orfanato. Años después, Page describiría a su padre como un obseso sexual que abusó de ella cuando tenía 13 años.

Pese a los traumas infantiles, Page fue a la universidad. Se licenció en Humanidades en el Peabody College, de su ciudad, pero pronto se mudó a San Francisco y donde empezó su carrera de modelo en los años 40. En aquellos días posaba para el que sería el primero de sus tres maridos. Tras el divorcio, en 1947, Page se trasladó a Nueva York para continuar su carrera. Allí conoció al fotógrafo Bunny Yeager. Una de las instanténeas que le tomó acabó en las páginas de Playboy: aquella iconográfica imagen de Page, el ojo guiñado y desnudo integral, luciendo un gorro navideño. Y fue la puerta a la fama.

"Un hito en la historia de la revista", según indicó años más tarde el fundador de la publicación, Hugh Hefner, quien hizo caja con las fotos. No así su protagonista, Page, quien no le sacó tanto partido a la imagen. La modelo lamentaría años después que nadie la compensara por aquellas fotos.

Sus aptitudes artísticas, sin embargo, no convencieron a la Ley. Page fue citada a comparecer ante el Senado de su país para descubrir si había alguna conexión entre la pornografía de sus imágenes y la delincuencia juvenil. La aludida nunca acudió, aunque poco después desapareció de la escena pública. Posteriormente llegaron dos matrimonios más y, después, la lucha contra la esquizofrenia que se le declaró a principios de los 70. Su regreso a la escena pública tuvo un breve momento de gloria con la película sobre el cómic Rocketeer (1991), en la que la novia del protagonista era la propia Bettie Page (encarnada por Jennifer Connelly). Tras aquello proliferaron los clubs de fans y las páginas web, y Page consiguió algo de dinero gracias a la firma de autógrafos y la asistencia a salones y convenciones. Aun así, en las escasas ocasiones en las que concedía entrevistas, pedía explícitamente no ser retratada.




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