sábado, 2 de mayo de 2009

Comparativo: HARLEY DAVIDSON V-ROD MUSCLE vs YAMAHA VMAX, dos máquinas de la aceleración para el día a día

Enfrentamos dos monstruos con nombres y apellidos legendarios, caracterizados por la poderosa aceleración que proporcionan sus emblemáticos motores. ¿Estilo cruiser? Sí, pero que no pretenda una R acelerar en paralelo con ellos, o le sacarán los colores

Harley Davidson VRSCF V-Rod Muscle
La americana culturista
La última incorporación de la familia V-Rod llega con una estética que refuerza su sensación de poderío. Comparte chasis y motor con las V-Rod y Night Rod Special, pero aumenta su volumen igual que lo haría un culturista para intimidar aún más.

A favor
Ausencia de vibraciones
Baja rumorosidad
Confort general
Motor lineal
Autonomía
Acabados


En contra

Suspensiones sencillas
Manetas no regulables
Calor en zona piernas
Tapón gasolina



Yamaha Vmax
El regreso del mito
Nunca conseguirá ser un modelo superventas, pero la denominación Vmax se convirtió en todo un icono en el mundo de las dos ruedas. Esta nueva versión, la Vmax del siglo XXI, es una de las motos que más ríos de tinta han hecho correr antes de ser mostrada al mundo.

A favor
Sensibilidad de acelerador
Calidad suspensiones
Instrumentación
Motor brutal
Acabados
Frenos


En contra

Repostaje engorroso
Maniobra en parado
Autonomía







A lo largo de los últimos años hemos repetido hasta la saciedad que la carretera no es un medio para desfogarse practicando una conducción agresiva, y que cada vez lo será menos, debido al creciente volumen de tráfico rodado y a la insistencia con la que los políticos nos recuerdan que los radares son como los indios de los westerns, con los que el cowboy debía recordar siempre aquello de “si puedes ver uno, es que hay mil escondidos”.

Por si fuera poco, vivimos la mayor crisis global en muchos decenios, y el despilfarro energético está alcanzando el carácter de obsceno. En un marco como ése, ¿tienen cabida dos nuevos modelos que cuestan lo que un buen coche, que gastan gasolina como si fuese generada en generosos campos de cultivo y que pueden proporcionar aceleraciones de cohete, pero a ras de suelo, pese a contar con un peso un 50 % superior al de cualquier naked de media-alta cilindrada? Antes de contemplar su belleza en parado se diría que no. Tras observar sus cuidadosos acabados de cerca, uno frunce el ceño. Y después de probarlas, uno tiene la sensación de ser un privilegiado por haber estado en contacto con un par de ejemplares de una especie de moto que estará en peligro de extinción, pero que es maravillosa y pasará a la historia como un mito.

La distancia más corta.........
Sí, ya se sabe, la distancia más corta entre dos puntos es la línea recta. Eso debieron pensar los americanos que idearon hace casi un siglo las carreras de aceleración, que llevan a cabo con cualquier cosa que tenga ruedas, independientemente de la cantidad. Como lo nuestro son las motos, no tenemos más que fijarnos en las carreras de dragsters en las que toman parte vehículos como las Hayabusa con turbo, o las H-D Screamin’ Eagle Destroyer con kit de óxido nitroso, por ejemplo. En ese tipo de carreras encaja a la perfección cualquiera de las dos invitadas, pero pese a ello se trata de dos excelentes motos de carretera, con sus pros y sus contras, pero perfectamente utilizables en el día a día.

Es cierto que la potencia de la Muscle es aproximadamente la mitad de la generada por la Vmax, que cuenta con el doble de cilindros, pero es más que suficiente para dejar atrás al resto de los vehículos, amén del cuello, en aceleraciones rotundas. La posición en la que se acoge al conductor, con el asiento bajísimo, los pies por delante y las manos muy abiertas, acrecienta la sensación de poderío. El aire va al pecho, los hombros y el casco de modo irremediable, así que las sensaciones conseguidas son aún mayores que las que puedan deducirse de lo indicado por el velocímetro. Se deja arrastrar ligeramente el embrague (de accionamiento hidráulico y notable suavidad) y se van empalmando marchas con precisión y con la ayuda de la transmisión por correa. El empuje es constante, y hay que estar pendientes del tacómetro porque las subidas de régimen no son las que se esperan de un motor de la Company si no se ha tenido contacto previo con otra componente de la V-Rod. Su alegría viene dada porque su carrera es cortísima si la comparamos con la del Evolution de 1200 c.c. de una Nightster, por ejemplo, cuyas cotas son 88,9 x 96,8 mm para cada cilindro, en lugar de los 105,0 x 72,0 mm que aquí encontramos. Su compresión es elevada para su cubicaje (11,5:1), pero aun y así puede emplear gasolina de 95 octanos sin problemas.

Como una catapulta
La Vmax lleva a otra dimensión en aceleración en línea recta. Si uno se mentaliza de que no va a sucumbir a la tentación de cerrar el acelerador en cuanto sienta más patada en el trasero de la que el cerebro puede gestionar, se debe pasar con rapidez de primera a segunda, y de segunda a tercera. Y no es porque la moto no tenga empuje en marchas cortas, sino porque sube de régimen a una velocidad que nadie puede esperar de un motor que cubica más que la inmensa mayoría de los utilitarios de gasolina. En cualquier caso, para sentir una aceleración que hiela la sangre basta con abrir en tercera desde abajo del todo, y el enorme convoy saldrá hacia delante como si de una catapulta se tratara.


El resto del artículo está publicado en la revista mensual Solo Moto Treinta nº 314, a la venta en los quioscos de toda España desde el 16 de marzo de 2009


Via:http://www.solomoto30.com/

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