lunes, 27 de julio de 2009

“Burt” Munro.



Es una lastima que haya nombres difuminados en la historia por el paso de los años. Nombres de soñadores y héroes. Nombres que solo el cine nos recuerda. Nombres como Herbert J. “Burt” Munro.

Me gustaría resaltar que he preferido indagar en su vida justo antes de ver la película “Burt Munro, un sueño una leyenda”, para ser mas objetivo y no dejarme guiar por la magia del cine.

Nació en Invercargill, Nueva Zelanda, en 1899. A los dieciséis años tubo su primera motocicleta, una Douglas, y solo cinco años después adquirió su Indian Twin Scout de 1920. ¿Como podía imaginar este Neozelandés que los 50 dólares que pago por ella escribirían una de las páginas más gloriosas de la historia del motociclismo y le convertirían en todo un héroe en su país?.

Munro debió pasar infinidad de horas dentro de su garaje, toda una vida, para conseguir modificar su vieja Indian en un cohete de dos ruedas. Su ingenio le llevo a construir muchas de sus piezas de modo artesanal. Cabezas de cilindro, moldes de pistones con arena de playa, incluso aprovecho latas de conserva para el embrague. Algunas de sus herramientas aun se conservan en una tienda de recambios mecánicos en su país. Su moto, con medio carenado desmontado para ver la bestia oculta en su interior, se puede contemplar en distintos salones y ferias de motociclismo.

En 1962 con su motor modificado a 850cc. situó el record de velocidad en 288 km/h.

Toda una vida de trabajo lo condujo en 1967 hasta Bonneville Salt Flats, en el estado norteamericano de Utah. Allí participo en una carrera celebrada dentro de la Semana de la Velocidad. Casi puedo imaginar la cara de los demás participantes al ver como un anciano de 68 años, montando una vieja Indian con su motor modificado hasta 950cc, situaba el record en 295,44 km/h volando por encima de la superficie de sal del circuito. Para cualificarlo hizo una carrera en una sola dirección, en la cual se registro la velocidad máxima oficial a la que una Indian ha rodado en la historia, nada mas y nada menos que 305,89 km/h.

Munro murió el año 1978, pero su leyenda inquebrantable aun perdura en nuestros años, pues nadie ha superado hoy en día su record. No solo eso, aun pasando mil años nadie podrá superar la tenacidad y el ingenio de hombres como Gotttlieb Daimler, Willhem Maybach y muchos otros. Y por supuesto el nombre del abuelo mas rápido de la historia Burt Munro.

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