sábado, 4 de julio de 2009

La esquina del viento(De Transformaciones)


De Transformaciones
Tenía ganas de hablar de eso. Que bien suena verdad y que fácil parece, sobre todo cuando uno ve las fotos de las revistas; pero si sólo le ha puesto el chasis rígido y el depósito de Sportster y el sillín Corbin y los espejos de Ness y… si yo sólo tengo una japo de segunda mano, cuarenta duros en el bolsillo y además con las herramientas soy más inútil que un ambientador de pino en el manillar de una Honda.
La cosa cambia ¿verdad?. No se como leche se las apañan los Belgas, o los franceses pero aquí todo son pegas. Para empezar casi nadie tiene la base ideal (si sabes donde hay un desguace de Harley me llamas), las piezas llegan por catálogo, cuesta un huevo elegir el manillar que quiero para mi burra con una foto de un librote en ingles y el único asesoramiento especializado con el que cuento es el del dueño de la tienda que... ¡Caramba que coincidencia!, es el que me viene bien y siempre es el más caro.
Pero vamos a suponer que tu máquina admite modificaciones y además que has encontrado la mayoría de las piezas (más te vale). Los herreros y torneros de esta zona están convencidos de que estoy majara, ahora hay que empezar a desmontar tirar y montar.
-"¿Qué te ponga el qué donde?", me pregunta mi mecánico la primera vez, mientras me mira como si fuese un perro verde.
-"¿Para qué?", cuando le dije que quería el tacómetro en otro sitio. "¿Es que así corre más?".
Desgraciadamente no dispongo del lugar, los conocimientos, ni las herramientas adecuadas, así que, a base de pagar cubatitas y enseñarle revistas consigo convencer a ese pobre hombre de que se pringue con mi máquina.
-"Pero si esto no entra aquí. Los cables no te llegan y por si fuera poco está prohibido", nada compañero hazme caso y "tírale palante".
Es muy posible que después de un mes de autobús, cuatro broncas de tu viejo y de haberte gastado el doble de pelas de las que tenías, saques a tu amorcito del taller. Quizás no sea exactamente la idea que tu tenías, ni una moto como para salir en ninguna revista, quizás algún capullo te mire y diga: "pero si sólo es una Vulcan con un cuelgamonos", pero no te agobies. Es la tuya y esa moto no se vende en ninguna tienda y no hay otra igual.
No soy un partidario de ello pero te voy a dar un par de consejos que por lo menos a mi me han venido bien. Empieza por lo que tengas. Se original. Y equivócate tantas veces como haga falta. Algún día te sorprenderás cuando mientras tomas una birra alguien pasará junto a tu moto y no sabrá adivinar la marca mientras le dice al de al lado "¿Has visto que máquina colega?".
MATEO

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