miércoles, 29 de julio de 2009

La esquina del viento(Moto grande, no problema)



Moto grande, no problema
Quince días de vacaciones. Bueno pues tampoco está tan mal, al fin y al cabo no tengo pelas para estar más tiempo fuera. Y con todo esto, la ya consabida historia, carga la máquina, desdobla el viejo mapa, píntale otra raya marcando una sinuosa carretera y a rodar.
Pocas motos por el camino y la verdad, es que no lo entiendo, porque el tiempo es cojonudo y, que yo sepa en este país máquinas, hoy en día, hay más que chapas de cerveza. Después de un número indeterminado de horas/días de viaje, llego al camping elegido como punto de destino. Relleno la ficha de inscripción y ¿cómo no? me indican que acampe junto a los otros motoristas. No estoy seguro si lo hacen para que me sienta mas cómodo o para que no les peguemos ninguna enfermedad al resto de los ilustres campistas. Pero la verdad es que me importa un huevo. Ademas estamos junto al bar.
Una XT 350 matricula de Milán, una viejísima R650 de Alemania, dos Hondas CB1000 bastante antiguas y una par de trastos con unas extrañas matrículas que, sinceramente, no tengo ni puta idea de dónde coño pueden ser.
Mientras monto la cueva asoman un par de cabezas de la tienda de al lado, por señas me indica que es el dueño de la XT, un italiano con pinta de gilipollas acompañado de una guayaba increíble con cara de china. ¡Joder qué parejas mas raras hay en este puto mundo! Con un par de días en el camping es bastante para que al final acabemos conociendo todos y en la noche del tercer día acabamos compartiendo pimientos fritos en el hornillo, sopas de sobre, de la marca &estaicasca y sobre todo muchas cervezas. En esta torre de babel, y no sin muchas dificultades, gracias a mi escaso inglés de las montañas del norte, acabo enterándome de que el italiano con cara de gilipollas no sólo viene de Milán, si no que se ha entretenido en dar una vuelta por toda Centroeuropa y a la niña con cara de china la ha recogido al norte de Francia. El alemán de la R650 ha bajado a Marruecos y, despacio pero sin pausa, vuelve a casa. Los viajeros de matrículas indescriptibles, que resultaron ser tres, vienen de algún sitio del Este cercano a Croacia o algo parecido, y las dos CB1000 son de un par de ingleses poco comunicativos. No ha transcurrido demasiado rato cuando uno de ellos me pregunta por los motoristas españoles "¿Dónde están? ¿No viajan con sus máquinas? Solo los he visto en la playa". Y yo, sin saber qué coño contestarle y sintiendo una profunda vergüenza ajena, solo supe encogerme de hombros. La conversación continúa y uno de los extraños personajes del este me trae de su tienda un arrugado papelote por el que entiendo que me esta invitando a una especie de reunión biker que se celebra en su tierra el próximo mes. Intento explicarle que se lo agradezco infinitamente, pero que son demasiados kilómetros y hay un millón de motivos por los que no podré asistir. El, simplemente dirigió su mirada a mi moto luego a mi y me dijo muy serio "moto grande, no problema". Esa noche me metí en el saco con una extraña sensación de motero de segunda fila que durante mucho tiempo me ha rondado en la cabeza.
¿Qué nos pasa a los españoles? Los de Madrid a Gandía, los andaluces a Málaga o Huelva, Los vascos a Benidorm, los catalanes al País Vasco y los mas aventureros de toda la geografía hispana a Galicia (como si hablásemos de la luna). ¿Porqué cuando se va un tío al FreeWels se encuentra que está solo? ¿Porqué la foto de todos los españoles en Elefantes solo incluye a diez personajes? ¿Porqué en las grandes protestas en Bruselas no hubo una bandera española? ¿De verdad somos los pobres de Europa? ¿Dónde están las "cuarentamilipico" motos nuevas que se vende cada año? Hace muchos años que se acabó la España del Plan Marshall y del queso americano, pero aquí parece que seguimos estando acojonados. ¿Para qué nos sirven nuestros enormes motores y nuestras impresionantes máquinas? ¿Para llegar a la playa y pasearnos delante de la niñas del chiringuito?
Si me vas a contar que no tienes ni dinero ni tiempo, ahórrate el trabajo, yo mismo me he puesto esa excusa mil veces y ahora ya no me sirve. No mientras veo como los croatas apuran el resto de la sopa de sobre que traían en sus alforjas. Si me vas a decir que tu moto no está para tanto trote, tampoco me vale. No mientras miro como el alemán reajusta la tornillería de la R650 con 270.000 kilómetros. ¿Sabes que en la mayoría de los paises ya ni siquiera existen las fronteras?. Me da en la jodida nariz que las fronteras las seguimos teniendo en la cabeza y que mientras sigamos mirándonos el agujero del culo vamos a seguir sin enterarnos de lo que pasa fuera y eso, en un mundo que cada día se hace más pequeño, no nos deja en muy buen lugar. La carretera está delante de tus jodidas narices y pararte en un sitio o en otro es algo que sólo tú decides. En el suelo ya no quedan rayas que separen un país de otro y quizás deberíamos ir borrándolas de nuestra cabeza. Piensa sobre lo que acabas de leer y que no se te olvide "MOTO GRANDE. NO PROBLEMA"
Por Mateo

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